miércoles, 12 de marzo de 2014


biografias 



David  Escobar  Galindo


David Escobar Galindo es un poeta, novelista y jurista salvadoreño nacido en Santa Ana, El Salvador. Es Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales, graduado de la Universidad de El Salvador, Fundador y Rector de la Universidad "Dr. José Matías Delgado", y columnista habitual del diario La Prensa Gráfica. 


Entre 1990 y 1992 participó en la Comisión gubernamental negociadora del proceso de paz que puso fin a la Guerra Civil de El Salvador.

Es miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua y Director de la misma desde el año 2006; ganador de los Juegos Florales de Quezaltenango, Guatemala en la rama de Poesía en 1980,1981 y 1983; y ha sido nombrado Hijo Meritísimo de la Ciudad de Santa Ana.

Es considerado uno de los autores más prolijos y reconocidos de la literatura salvadoreña. Su obra publicada comprende los poemarios Cornamusa (1975), El Libro de Lilian (1976), Sonetos penitenciales (1980), Árbol sin Tregua (1996), Oración en la Guerra (1989) El venado y el colibrí (1996) y la novela Una Grieta en el Agua (1972). Además ha preparado varias antologías poéticas como El Árbol de Todos, Lecturas Hispanoamericanas (1979) y Páginas Patrióticas Salvadoreñas (1988).

Poema

 


Dos pájaros que beben
en una sola gota de rocío.
Dos lágrimas de lluvia
que caen juntas desde un solo alero.
Dos hojas que se duermen
en un solo recodo del follaje.
Dos manos que descubren el destino
en una sola rosa.
Dos mástiles que inventan la distancia
en una sola imagen.
Y así tú y yo en poder de la unidad.

 


Biografia Claudia Lars


Su verdadero nombre fue Carmen Brannon Vega. Nació en Armenia (El Salvador) en 1899 y murió en San Salvador en 1974.
Vida Literaria: Claudia Lars pertenece a la estirpe de las grandes poetas de América. A esa lírica femenina (no por feminista, sino hecha por mujeres plenas) que sacó a la poesía latinoamericana de su postración mojigata, fruto de la sensiblería ochocentista; cantaron al amor con giros eróticos estupendos, con limpia inocencia invocaron la fertilidad de su cuerpo, su fecundación, el goce de vivir, madres que esperaban un mañana alegre para sus hijos: materna pasión que las convertía en tierra que esperaba la semilla de una nueva vida. Estas mujeres poetas son: Juana de Ibarbourou (uruguaya), Alfonsina Storni (argentina), Delmira Agustini (uruguaya) y la chilena Gabriela Mistral (premio Nobel de Literatura, 1945). Gabriela en Chile, como Claudia en El Salvador, no han tenido -entre las mujeres- quienes las acompañen plenamente en la búsqueda del espíritu poético de nuestras gentes, lo esencial de estos países. No tienen continuidad en otras voces femeninas. Claudia Lars escribe una poesía transparente, sin que deje de ser profunda; a veces su maestría formal la gana y olvidamos su mensaje, pero en cada poema suyo se encuentra a un poeta manifestando vivencias, abriendo caminos antes inéditos para nuestra sensibilidad, comunicando un estado de gracia nunca antes de ella ni después encontrado en la poesía escrita por mujeres en El Salvador.

 Poema
 

Espejo

Miré a la dulce niña del pasado
con piel ansiosa y con el ojo puro,
dibujando su forma contra el muro
donde el amor la había equivocado.
     
Era yo misma... cuerpo ya olvidado,
gesto de ayer y corazón seguro;
simple inocencia en el afán oscuro
y secreto del canto inaugurado.
     
Estaba allí, casual y sensitiva,
dueña del dardo y la manzana viva
en trémula quietud y extraño aliento.
     
Toqué su falda de vergel y danza,
entré en el corazón de la esperanza,
y recogí el engaño del momento.
 

Roque Dalton

Nació en San Salvador, un mes de mayo, en una época en la que la izquierda de su país había padecido una represión sin precedentes y que se saldó con miles de fusilados. Los hechos quedaron recogidos en su novela-testimonio Miguel Mármol.
Educado en los jesuitas, se confesaba católico vehemente hasta que con 22 años ingresó en el Partido Comunista Salvadoreño. Su actividad literaria corre paralela a la militancia revolucionaria y el reconocimiento de su valía como escritor coincide a su vez con las primeras encarcelaciones.
Miembro del Circulo Literario Universitario junto con Otto René Castillo, Manlio Argueta, Roberto Armijo y Alfonso QUijada, entre otros, obtuvo en tres ocasiones el Premio Centroamericano de Poesía y el Premio Casa de las Américas por Taberna y otros lugares, considerado como su mejor libro de poemas.
Fundador del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) muere asesinado en 1975 por compañeros de esa organización.

Doradas cenizas del Fénix 
 
  

Doradas Cenizas del fénix 
pero del fénix de los Ingenios 
rapto demorado de la belleza 
que levanta su propio circo 
palabra que se desintegra y se desintegra 
en el kilometraje gratuito de la vida 
oh despojos apenas 
ingrato 
viejo error 
de la vieja pecera que me ladra en el pecho. 
Ni la llave del olvido 
ni el sol del amor 
resisten vuestra mohosidad 
integral 
incorporadora 
como una maldición 
sales para cultivar el verdín de la muerte 
despojos despojos 
Doradas Cenizas del fénix.  

 
          Alfredo   Espino



Nació el 8 de enero de 1900 en Ahuachapán. Fue el segundo de los ocho hijos del poeta Alfonso Espino y de la educadora Enriqueta Najarro.

Cursó estudios en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, donde se graduó de doctorado con su tesis Sociología estética (1927).

Colaboró en las revistas Lumen y Opinión Estudiantil, al igual que los periódicos La prensa y Diario del Salvador. Solamente escribió 96 poemas que se reunieron en JÍCARAS TRISTES en 1930, dividido en seis partes: Casucas, Auras de Bohío, Dulcedumbre, Panoramas y Aromas, Pájaros de Leyenda y El Alma del Barrio.

Con una poética delicada, presentó con un estilo sencillo, fácil de captar. Sus poemas exponen el paisaje de El Salvador, exuberante.

Alfredo Espino falleció en San Salvador, El Salvador, el 24 de mayo de 1928 debido a una crisis alcohólica. Fue sepultado en Cementerio General de San Salvador, sus restos descansan en Jardines del Recuerdo, en el lugar de la cripta de los poetas

Poema Un Rancho Y Un Lucero de Alfredo Espino

Un día ?¡primero Dios!?
has de quererme un poquito.
Yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.
¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor…
Y entre aroma de saúcos,
un zenzontle que cantará
y una poza que copiará
pajaritos y bejucos.
Lo que los pobres queremos,
lo que los pobres amamos,
eso que tanto adoramos
porque es lo que no tenemos…
Con sólo eso, vida mía;
con sólo eso:
con mi verso, con tu beso,
lo demás nos sobraría…
Porque no hay nada mejor
que un monte, un rancho, un lucero,
cuando se tiene un “Te quiero”
y huele a sendas en flor…

 

HUGO LINDO


Hugo Lindo Olivares fue un poeta, novelista, diplomático, político y abogado salvadoreño nacido en el Puerto de La Unión (El Salvador), el 13 de octubre de 1917, dentro de una familia de clase trabajadora.

Estudio en la Universidad de El Salvador, donde obtuvo el título de Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales. En 1947 hizo un viaje como diplomático a Corea. Fue embajador de El Salvador ante la República de Chile (1952-1959) y ante la República de Colombia (1959-1960). Fue Ministro de Educación en 1961 y volvió al servicio diplomático como embajador de El Salvador en España (1969-1972). Participó en la fundación de la Universidad “Dr. José Matías Delgado” y se desempeño como Decano de la Facultad de Bellas Artes de esta Universidad (1979-1985).

Publicó los poemarios: Poema eucarístico y otros (1943), Sinfonía sin límites (1953), Trece instantes (1959), Navegante río (1963), Solo la voz (1968), Maneras de llover (1969) así como las novelas Justicia, Señor Gobernador (1960, su obra más conocida), Cada día tiene su afán (1965) y Yo soy la Memoria (1983).

Murió en San Salvador, el 9 de septiembre de 1985.

Poema Dormiremos Aquí de Hugo Lindo

Dormiremos aquí
donde la hormiga
acumula su sórdida riqueza.

Aquí, donde el verano no se atreve
a hincar la azada
ni a plantar la flecha.

Aquí donde el festón de las raíces
se agazapa y enreda.

Dormiremos.
Donde el agua inefable del invierno
se filtra,
leve, queda,
hasta mojar los párpados
y la sonrisa yerta.

Aquí,
taller sombrío en que se forjan
las cosechas.

Dormiremos aquí.
Cerrad la puerta.
Integrantes:   
  Abner  David  Aguilar  Mendoza             2TB-01
  David Arnulfo Carabantes Barahona      2TB-07
  Madeline Estefany  Gallardo  Hdez         2TB-16
   







  

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